Intrépidos, aterrizamos en el aeropuerto de Kiev para asistir al Kyiv Wine Festival organizado por nuestro distribuidor Goodwine, una compañía transparente, leal con una particular atención hacia el cliente, sus exigencias y sobre todo una empresa formada por un equipo joven, alternativo, dinámico y preparado que enfoca toda su energía y atención en las experiencias de los consumidores. Por esta razón, son innumerables los eventos que se organizan durante el año, en diferentes ciudades.
Entre los colores de la bandera ucraniana, como el azul que transmite paz, tranquilidad y control de la situación y el amarillo que según la psicología de los colores tiene una estrecha vinculación con el optimismo, la alegría y la firmeza, nos perdimos entre la singularidad y la amabilidad de este país. Durante nuestro camino encontramos las primeras iglesias ortodoxas de la historia, con sus iconos que apuntan al simbolismo y desvelan unas características recurrentes, fascinantes, como el hecho que el diseño de la cara de los sujetos representados luce siempre una mirada profunda y enigmática, donde los ojos muy grandes, fijos, a veces melancólicos, bajo una frente ancha y alta, adquieren un desmedido poder.
Según la filosofía de Lacrima Baccus viajar a un país por trabajo significa ser curioso y querer conocer las diferentes tradiciones y maneras de pensar. Todo el equipo está de acuerdo en que es imprescindible comprender las más heterogéneas culturas y personalidades para que nuestra relación con los clientes sea la más natural y genuina posible, siempre con conocimiento de causa y con ganas de enriquecernos desde el punto de vista cultural.
No hay ninguna técnica de marketing y venta que hable sobre el aspecto histórico-social-cultural. Por esto es importante para nuestra bodega contar con profesionales empáticos, dinámicos y desenvueltos, listos para crear en todos momentos un puente de diálogo abierto y predispuesto a la escucha activa.
Bajo la mirada de la imponente estatua de la Madre Patria y rodeados por el interminable rio Dnieper, pudimos profundizar y entender más a fondo el perfil de los clientes de nuestros cavas Lacrima Baccus durante el evento.
Nos dimos cuenta de que el interés por los vinos en Ucrania está en exponencial crecimiento sobre todo por lo que se refiere a los jóvenes entre 18 y 35 años. Cada vez son más los jóvenes que inverten dinero, tiempo y pasión por emprender estudios de somelieria y gastronomía. Durante las catas nos sorprendieron los conocimientos técnicos que tiene la gente acerca de las culturas vitivinícolas de diferentes países, denominaciones de orígenes y variedades de uva. ¡Toda una placentera sorpresa, sobre todo porqué los visitantes, con humildad, discutían con nosotros acerca de diferentes facetas del mundo del vino!
Inútil decir que la organización por parte de GOODWINE es cada año más impecable.
La cena del día 7 de junio nos dio la posibilidad, a parte de reponer fuerzas y de disfrutar de una nouvelle cuisine con cocineros de diferentes partes del mundo con ****Michelin, también de relacionarnos con otros representantes de bodegas y con trabajadores del equipo de GOODWINE.
Durante el festival la afluencia fue espectacular, más de 4.000 personas listas para divertirse aprendiendo.
Nuestros productos Heretat, Lacrima Baccus semi seco, Lacrima Baccus semi seco Rosado y el prestigioso Primerissimo tuvieron gran éxito debido a la fineza y elegancia de la burbuja delicada y vivida y a las notas frutales bien equilibradas y trabajadas de forma cuidadosa.
¡Un gracias especial y de corazón a nuestro distribuidor que cada año nos hace soñar y nos deja que se nos haga la boca agua sólo con pensar en el siguiente festival!