Esta semana hemos empezado con la poda de las viñas, un proceso importantísimo que determinará la calidad de la uva, y como consecuencia la calidad del vino de la siguiente cosecha. Es por eso que podemos afirmar que la poda es una de las labores más importantes que se realizan en las viñas a lo largo del año. Pero… ¿Qué significa realmente podar?

Se trata de un trabajo meticuloso que consiste en cortar las ramificaciones de la cepa para evitar que crezca de forma incontrolada. El período para hacerlo va desde mediados de noviembre a finales de febrero (dependiendo de la zona y del viticultor). Se aprovecha este período porque es cuando la vid entra en receso invernal, es decir minimiza su actividad. El objetivo de la poda consiste en dejar un numero óptimo de yemas para obtener una buena calidad de uva en la futura cosecha.

La planta de la vid no es como estamos acostumbrados a verla en las viñas. Realmente es un arbusto de largas ramificaciones que crece agarrándose a otros árboles y distribuye sus frutos de forma totalmente aleatoria. Por eso, la poda es imprescindible para controlar la planta, pero también al darle forma regulamos la producción y aseguramos una buena cosecha.

En definitiva, la poda es una de las operaciones más importantes para la obtención posterior de unas buenas uvas, y un buen equilibrio de azucares y acidez en la maduración y va a definir muchos aspectos de la siguiente cosecha.